A la hora de comprar pescado ya sea para consumo en el hogar o bien para elaboraciónes en restaurantes, hay detalles que se han de tener muy en cuenta para adquirir productos frescos y de calidad.
Hay diversos detalles que con el solo hecho de saberlos van a hacer que nuestra compra sea efectiva y de calidad.
Desde esta página queremos enseñarte esos detalles para que lleves a tu mesa o a tu trabajo productos frescos y en optimas condiciones.
Detalles a tener en cuenta:
Agallas: también conocidas como branquias. Han de ser suaves al tacto y tener un color vivo y brillante.
Ojos: serán brillantes, transparentes y saltones. Ojos hundidos, inyectados en sangre y oscuros son indicativos de un pescado con varios días.
Piel: brillante, húmeda y resbaladiza. Las truchas o el salmón suelen tener una capa exterior viscosa sobre la piel, eso también indica frescura.
Escamas: bien adheridas a la piel. Si las escamas se desprenden fácilmente, el pescado tiene varios días.
Carne: firme y dura al tacto. Ha de ser retráctil y no quedarse hundida si se la presiona.
Olor: no debe tener olor a amoniaco, el olor del pescado fresco es a mar y no a puerto. En el caso del pescado de río, el olor será ligeramente a barro.
Curva de la espina central: esta prueba es más visible en pescados de tamaño mediano. Se toma el pescado con las dos manos desde la cola y se pone hacia el frente. Si la curva que dibuja el pescado es suave el mismo será fresco. En cambio si la curva es brusca y cae hacia abajo de forma pronunciada, el pescado tiene unos días. Esto se debe a que cuanto más fresco el pescado más pegadas estarán las vertebras.
NOTA: cuando el pescado se compra ya fileteado y sin piel hemos de comprobar sobre todo el olor y la rigidez de la carne al tacto.
Esperamos que en tu próxima compra puedas aplicar estos consejos.
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